adios

Gracias a quienes se tomaron la molestia de leer lo que escribì aquì, esto serà lo ùltimo, al menos en este espacio....

Ya no puedo escribir, no me sale....no puedo

Otra vez, vacìo, vacio...bienvenido....

No hay inspiraciòn.

Adios.

pero esto fue hace 3 meses...

Así, aún con este vacío inmenso que se ha regado por mi ser, contaminandolo todo, lucho todos los días por mantener casi intacto todo lo hermoso que siento, tú, entre muchas cosas más. Es un círculo inexplicable, exasperante, hartante, fastidiante....así, como si me hubiesen arrancado de tajo un pedazo de mi corazón, de estómago, con la mitad de mis latidos, los frenéticos se fueron, los que le daban emoción a mi cuerpo cansado e inmóvil.....así, sólo un día me alzé de hombros para decir sin gesto alguno en mi rostro: "no siento nada". Vacío, vacío....solo contemplar el paso del tiempo angustiante, desesperante
....respiro profundo una y otra vez, siento al exhalar como se apodera de mi el sonido del mar, así....pequeño, frágil, navegante
Por momentos siento ser la misma a la que un día amaste...otras entristezco por no serlo, esta histeria mía que muchas veces me arrebata lo que amo...así que lucho con la fuerza que me queda para no dejar de amarte, de quererte, de adorarte, espero a que despierte como hace algunos meses, estaba tan latente, tan fuerte, enraizado y sin dudas ni complicaciones, confío en que así sera...así como antes renacerá....así, como antes este corazón te amará...

montañez 2


Tan gratificante es hablar y hablar por horas con él, así como hoy. Me sorprende con algo nuevo y es mejor que lo tengamos en común: David Lynch, el Increíble castillo vagabundo, Bolek y Lolek. Algo que nos divide: Remi. Nunca soporté el sufrimiento de aquel niñito y sus perritos, la única vez que lo vi, el simpático Corazón Alegre murió. Decidí no verlo nunca y lo he cumplido hasta ahora. El en cambio asegura que Remi lo preparó para el sufrimiento que la vida te estampa muchas veces "te forma carácter" me dijo y como siempre, me eché a reír.
Por su casa pasa el tren de carga con personas que viajan para ir a E.U.. Me dijo que el decorado de la línea 8 del metro (que es la que uso) parece baño de pulquería, por aquello de los mosaicos y que además huele mal, cosa que le debatí, o sera que ya me acostumbre.
Su paso por Sonora no fue del todo agradable: "es seco, horrible, caluroso, aburrido, la gente odia a los de D.F.". Si, al igual que yo tiene un pesimismo adorable!
Todo se ha alargado hasta el mes de septiembre. Se va, se me va el bello durmiente tres semanas que debo esperar para por fin verle la cara, estrechar su mano, darle un abrazo y un beso y decirle:
"Hola Alejandro, soy Karen".
Buen viaje (otra vez) Montañezzzz!!

Manual para salvar el odio

Cuando ella o él te dejen, no perdones,
niégate a comprenderlo.
Cultiva bien tu odio, nunca seas
generoso en palabras o en olvido.

Cuando ella o él te dejen, nunca digas
adiós, o qué vamos a hacerle.
Maldice cada letra de su nombre.
Y júrale odio eterno mirándole a los ojos.

Cuando ella o él te dejen, nunca creas
ni justificaciones ni promesas
y busca las palabras más hirientes
el insulto más infame que conozcas.

Cuando ella o él te dejen, nunca juegues
a ser Rick perdido en Casablanca.
Provoca llanto, dolor, remordimientos
y que el adiós te corte igual que una cuchilla.

Porque cuando ella o él te dejan, habrá alguien
tarde o temprano esperando en otra esquina
y volverán a gozar en otros brazos
y dirán "te amo". Y "ven, dámelo todo".

Y olvidarán. ¿Para qué, entonces,
mentir?. Que ella o él se lleven
-aunque dure bien poco- nuestro odio
igual que una bandera. Para siempre.

JULIO CORTAZAR.

Sexo civilizado?

¿Sexo civilizado?

Jean Meyer

Mario Vargas Llosa escribe, el 21 de marzo de 2010, en El País, que “Georges Bataille no se equivocaba cuando alertó contra los riesgos de una permisividad desenfrenada en materia sexual. La desaparición de los prejuicios no puede significar la abolición de los rituales, el misterio, las formas y la discreción gracias a los cuales el sexo se civilizó y humanizó. Con sexo público, sano y normal la vida podría volverse infinitamente más aburrida, mediocre y violenta de lo que es”. (El placer está en tus manos).

Identificar los cambios profundos en nuestra cultura es una tarea difícil. Los cambios políticos, como la Independencia, la Revolución, las elecciones presidenciales del año 2000 son tan evidentes como el trueno y el rayo; los cambios económicos y sociales, como la industrialización, el éxodo rural y la urbanización son más lentos, pero demasiado visibles. En cambio, las novedades culturales y morales, la evolución de las mentalidades no se dejan captar tan fácilmente; incluso, el cambio puede ser solamente aparente y, contra las apariencias, limitado.

Por ejemplo, una constante ha permanecido a lo largo de los cinco milenios que cuenta la historia de la humanidad, en todos los continentes y en todas las sociedades: la dominación del hombre sobre la mujer. Se nos dice que desde la invención de la píldora y los triunfos (relativos) del feminismo esa dominación se acabó. ¡Ojalá así fuera! No se acabó en la mayoría de las sociedades y tampoco en muchos sectores de la nuestra.

Durante mucho tiempo, vivir su sexualidad con una persona del mismo sexo fue considerado como un pecado en una óptica religiosa y como una patología en una óptica médica, de modo que la aparición, exclusivamente en nuestras sociedades occidentales, de movimientos gays y lesbianos es un fenómeno muy reciente. Y eso por más que hayan existido siempre, en todas las sociedades, a veces aceptados, más bien rechazados, perseguidos o marginados. Sextus Empiricus escribió hace 18 siglos: “Por ejemplo, entre nosotros, la homosexualidad masculina se considera como una vergüenza, incluso contraria a la ley, mientras que entre los germanos, según dicen, no es una cosa vergonzosa sino común; se dice también que entre los habitantes de Tebas, en tiempos remotos, no se consideraba esto como vergonzoso, y algunos consideran como tal la ardiente amistad entre Aquiles y Patroclo”.

El mismo autor, para ilustrar la relatividad de las costumbres, apunta que “acoplarse en público, aún cuando nosotros lo consideramos como vergonzoso, es algo que los indios no ven así. Entre nosotros es una vergüenza y un delito para las mujeres prostituirse, mientras que es algo glorioso para muchos egipcios; dicen que las que se unieron con más hombres llevan una ornamenta en el tobillo como manifestación del orgullo que sacan de su conducta (...) y vemos los estoicos afirmar que no es para nada inconveniente vivir con una prostituta o vivir del trabajo de una prostituta”. Y no resisto a la tentación de citarle una vez más: “Hacerse tatuar es vergonzoso e indigno para nosotros, mientras que los egipcios y sarmatas hacen tatuar a sus bebés”.

Hoy en día, en la civilizada Holanda existe un partido que pide la legalización de la pedofilia y de la zoofilia… No sabemos qué hacer con la prostitución (de todos los sexos y edades), no es lícita ni ilícita, pero está en plena expansión. Nos escandalizan, con toda razón, los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, pastores y profesores sobre niños y niñas, pero el Instituto Fronterizo-Trans de EU encuentra cerca de 48 mil niños mexicanos y centroamericanos sometidos a explotación sexual y pederastia, principalmente en el Distrito Federal, en los emporios turísticos de Cancún y Acapulco, en las ciudades fronterizas. Pregúntenle a Lydia Cacho, quien conoce a fondo esta problemática. La pornografía infantil es un negocio jugoso que produce ganancias de miles de millones de dólares.

¿Qué decir? ¿Levantar los hombros, como Fernando Vallejo, el escritor colombiano que gusta de la paradoja? Entrevistado en EL UNIVERSAL del 24 de mayo, declara a propósito de los sacerdotes pederastas: “¿Qué importa que un cura masturbe a un muchachito si de todas formas éste se va a ir a masturbar solo en su casa? ¿Se les hace eso un terrible delito? Pero no se les hace un delito comerse a los cerdos y a las vacas, que tienen un sistema nervioso complejísimo y que sienten y sufren como nosotros”. A todos los ve como “tartufos, puritanos, hipócritas. La prostitución es una necesidad de la sociedad. Que no le hagan al cuento”. Falta mucho para que lleguemos al “sexo civilizado”.

Un saludo

Sartre

Las emociones de los seres humanos pueden parecer un desorden o una pérdida de control del comportamiento. Sin embargo, una reflexión más profunda puede llevarnos a un significado distinto de las emociones: que representan recursos muy útiles al ser humano. ¿Las emociones son parte esencial de nuestros mecanismos de supervivencia, de evasión? Sobre estas temáticas reflexiona el filósofo francés Jean-Paul Sartre, en el libro Bosquejo de una teoría de las emociones (Alianza Editorial, Madrid, 1987). Aquí algunas de sus ideas:

Todo hecho humano es por esencia significativo. Si lo despojamos de su significación, lo despojamos también de su naturaleza de hecho humano.

Resulta imposible considerar la emoción como un desorden psico-fisiológico. Tiene su esencia, sus estructuras particulares, sus leyes de aparición, su significación. Es el ser humano el que asume la emoción; por consiguiente, la emoción es una forma organizada de la existencia humana.

La conducta emocional no es en absoluto un desorden: es un sistema organizado de medios que tienden hacia una meta. Y se recurre a este sistema para disimular, sustituir, rechazar una conducta que no se puede o no se quiere mantener. Al mismo tiempo, la explicación de la diversidad de las emociones queda así facilitada: cada emoción representa un medio diferente de eludir una dificultad, una escapatoria particular, una trampa especial.

Sólo puede comprenderse la emoción buscando en ella una significación. Esta significación es por naturaleza de índole funcional, lo cual nos lleva a hablar de una finalidad de la emoción.

La ira o el miedo son medios utilizados por tendencias inconscientes para satisfacerse simbólicamente, para romper un estado de tensión insoportable. Se daría así el carácter esencial de la emoción: se padece; sorprende, se desarrolla según sus propias leyes y sin que nuestra espontaneidad consciente pueda modificar muy notablemente su curso.

La conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo. Es evidente, en efecto, que el ser humano que tiene miedo tiene miedo de algo…el sujeto emocionado y el objeto emocionante se hallan unidos en una síntesis indisoluble. La emoción es una determinada manera de aprender el mundo.

Podemos concebir ahora en qué consiste la emoción. Es una transformación del mundo. Cuando los caminos trazados se hacen demasiado difíciles o cuando no vislumbramos caminos, ya no podemos permanecer en un mundo tan urgente y difícil. Todas las vías están cortadas y, sin embargo, hay que actuar. Tratamos entonces de cambiar el mundo, o sea, de vivirlo como si la relación entre las cosas y sus potencialidades no estuvieran regidas por unos procesos deterministas, sino mágicamente.

Estos son los límites de mi acción mágica sobre el mundo: puedo suprimirlo en tanto que objeto de conciencia pero esto sólo lo consigo suprimiendo la conciencia misma.

La emoción es un fenómeno de creencia. La conciencia no se limita a proyectar significaciones afectivas sobre el mundo que le rodea: vive el nuevo mundo que acaba de crear…cuando todas las vías están cortadas, la conciencia se arroja al mundo mágico de la emoción…hay emoción cuando el mundo de los utensilios se desvanece de repente y es sustituido por el mundo mágico.

Pero también existe otra perspectiva: El estudio de las emociones ha verificado perfectamente el siguiente principio: una emoción remite a lo que significa. Y lo que significa es la totalidad de las relaciones de la realidad humana con el mundo.

Frente por la Cultura Laica

Busca la colección completa de los Cortos de Laica y comenta sobre cualquiera de ellos en el Foro de Cortos de Laica, en la siguiente dirección:

http://www.codice.org.mx

Otra versión se halla en una interesante página publicada en Lima, Perú:

http://www.cuerpoyderechos.info/home/seccion_detalle.php?ID=61

Los botes de Montañez

Dormir, hacer tarea y dormir otra vez. Estas semanas son así porque es fin del trimestre. El proyecto de los botes que a su parecer es algo inútil y chafa. Levantarse diario a eso de las 4:00 am. para ir a la escuela. Pero ya pronto hará su "servicio chochial" como le llama. Le he dicho que se vaya a Chiapas pero no quiere por temor a las víboras "me muero si veo una" repite y yo me río sin parar. Dice palabras raras, extrañas. Sexar. No escuchaba esa desde que tomé la clase de Osteología en la ENAH. Sexar-dormir sin compañía-sexar, un chiste entre nosotros. Quejarnos por no tener dinero para ir a ver a Roger Waters, no fuimos a las rebajas de las tiendas, no podremos ir a la exposición de los cuerpos plastinados del genial Gunter Von Hagens. Además le da asco y miedo. La sangre hace que se desmaye. No hablamos de literatura porque no le gusta leer, pero si de arte-objeto, especialmente de todo lo que tiene que ver con cajas, con el diseño industrial. No nos gustan los balnearios, dan asco las albercas. Comerse un Gansito y exitarse con los recuerdos que trae la mermelada y el chocolate. Podría comer papas diario sin aburrirse, asegún es el mejor alimento que puede existir, ja. Estos días mucha tarea. Dormirse a las 2:00 am. Pero ya se acercan las vacaciones y ahora si recorreremos museos a nuestro antojo. Comeremos 4 tacos al pastor y 2 de suadero con cervezas. Después dormir antes de que se vaya a donde haya decidido: Zacatecas, Chiapas, Michoacán o era Morelia? Tres años pasaron ya y sólo un día juntos.
Buen viaje Alejandro.

ser feminista es chido

Porque ser feminista es chido
Por Cristina Rivera Garza*

Lo que alguna vez, a finales del siglo XX, fue señal inequívoca de posiciones críticas y libertarias se ha convertido, a inicios del XXI, en epíteto ofensivo. No hay muchos años entre la década de los 1960s y el 2008, pero de una cosa estoy segura: pocas cosas insultan más a una mujer actual que ser llamada feminista. El feminismo se ha transformado en la “F” word del mundo contemporáneo. Lo rechazan las jóvenes que se refieren a eso, y pronuncian con frecuencia ese eso en itálicas, como a un asunto de generaciones anteriores o como una cosa, simplemente, pasada de moda. Lo rechazan las creadoras que, ya dubitativamente o ya con una firme firmeza, problematizan la relación que une, o desune, al género con el poema o la instalación o el performance o la rola. Lo rechazan las personalidades públicas que, aún cuando defienden posiciones a favor de la igualdad entre los géneros, se cuidan de enunciar la palabra con tal de no espantar a posibles seguidores o discípulos. Lo rechazan, por supuesto, los sectores más conservadores de ésta o cualquier otra sociedad para quienes las feministas están sólo a unos centímetros, y siempre a la izquierda, del mismísimo diablo. Lo rechazan los clérigos. Lo rechazan tantos y tantos más que, a estas alturas, no resulta extraño que exista, sino que es un verdadero milagro que siga existiendo.

Clave subterránea, trinchera de utópicos irredentos, manía de descastados o gritonas, bandera de los no-pasarán, el término “feminismo”, por la mera virtud de existir, es ahora un enigmático estereotipo (y disculpen esta contradicción en términos). Al menos en eso parece haberse convertido para alumnas y alumnos que, después de clase o en horas de oficina, se aproximan a preguntar, a veces con esa mirada baja que provoca la pena ajena y, otras, con la obvia urgencia del que busca un nombre para una innombrable furia interna, cosas extrañas acerca de las feministas. Considero, por supuesto, que las preguntas son importantes, pero ésa no es la única ni la más significativa razón para incluirlas aquí. Las incluyo, junto con las respuestas que he dado o hubiera podido dar de contar con más tiempo, porque intuyo, con esta intuición que algunos llamarán femenina y nadie feminista, que hay más hombres y mujeres, jóvenes y viejos, de aquí y de allá y de acullá, preguntándose estas cosas o cosas un tanto parecidas.

Debe haber más.

El feminismo, a pesar del prestigio erosionado de la etiqueta, sigue teniendo un cierto aire chic escondido. La narradora Cristina Rivera Garza explora el concepto, lo rescata bajo su pluma del lugar común y la ortodoxia, y nos lo entrega lustroso, simple e inteligente. Así, descubrimos que el feminismo no es como lo pintan.

1. ¿Todas las feministas odian a los hombres?

Justo como la no-feministas, las feministas tienen apreciaciones variadas sobre los hombres —no un grupo homogéneo, a decir verdad, sino, efectivamente, diverso y, gracias a dios (yo diría, afortunadamente) amplio. Lo que parece suceder es que las posiciones críticas de los distintos feminismos acerca y en contra del sistema de jerarquías patriarcales que desequilibran las relaciones entre los géneros son tomadas demasiado personalmente por los beneficiados de ese sistema. Valdría la pena aclarar, pues, que estas críticas van dirigidas a un sistema de jerarquías patriarcales en el cual participan tanto hombres como mujeres y que las críticas, que sí existen, se remiten a todos aquellos que, de manera consciente o inconsciente, se vuelven cómplices de tal situación. No, definitivamente no es necesario “odiar” a los hombres para ser feminista.

2. ¿Todas las feministas se quedan para vestir santos?

Aunque supongo que el índice de mujeres que optan por arreglos familiares no tradicionales (uniones consensuales, las así llamadas uniones libres, las madres y/o padres solteros, las máquinas solteras, etc.) es mayor entre las feministas que entre las no-feministas, hay muchísimos casos de feministas felizmente (o infelizmente, asegún le toque a cada quien) matrimoniadas. Las feministas pueden tener maridos y pueden tener hijos y, con el tiempo, nietos. Y también pueden ser cariñosas y comprensivas.

3. ¿Hay hombres feministas?

Sí, lo digo enfáticamente, y no todos son gays. Los distintos procesos económicos y sociales que ha provocado la entrada masiva de las mujeres en el mercado laboral, y los cambios en los arreglos domésticos tradicionales a que este proceso dio lugar, han puesto de manifiesto que también la masculinidad es un sitio de airado debate. Ni todos los hombres son hombres de la misma manera ni todos están contentos con el papel que les ha tocado desempañar. Así, las críticas feministas en contra de las jerarquías patriarcales con frecuencia encuentran eco entre hombres no tradicionales u hombres contestatarios u hombres con deseos de explorar las multifacéticas caras de su condición.

4. ¿Todas las feministas son feas?

Aunque los conceptos de belleza son tan diversos (y subjetivos) como las sociedades y los tiempos que los producen, y aunque en gustos se rompen géneros (en todos los sentidos de las palabras, por supuesto) a las pruebas me remito. Les sugiero ver fotografías de Gloria Steinman, Judith Butler, Susan Sontag, Simone de Beauvior, Susan Sarandon. Y, más cerca de casa, Glora Prado, Blanca Anzoleaga, Sandra Lorenzano, Marta Lamas, Ana Rosa Domenella. Esto, por supuesto, entre muchas otras.

5. ¿Todas las feministas son lesbianas?

No, no todas las feministas son lesbianas. De hecho, en tanto lugar crítico, los distintos feminismos apuestan por o tienen una sospechosa proclividad para trascender barreras genéricas establecidas por el poder. Así, dentro de este amplio espectro que se denomina como feminismo, conviven heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, omnisexuales, asexuales. En otras palabras: todo cabe en los feminismos sabiéndolo acomodar.( y si no se acomoda, qué importa)

6. ¿Puedo ser feminista y ser “normal”?

Depende, claro, de lo que quieras decir por “normal”. Pero si crees que, independientemente de las diferencias biológicas, hombres y mujeres tienen igual derecho a la educación, trabajo, salud y, por supuesto, al disfrute de sus cuerpos entonces puedes considerarte, y con orgullo, como feminista. Ahora bien, si el epíteto te resulta todavía demasiado agresivo, o temes que tus amigos te estigmaticen, te declaren la ley del hielo o no te publiquen, te sugiero que le agregues el calificativo de cordial. ¿Quién en su sano juicio podría violentar a una feminista cordial? (para qué agregar el calificativo "cordial", se es feminista o no y punto)

7. Pero, si usted se ve tan buena onda, ¿a poco de verdad es feminista?

Sí, la autora de esta nota es feminista —una feminista cordial, por supuesto. Ajá. Si el tema te interesa, te sugiero que leas:

Simone de Beauvior, El segundo sexo
Judith Butler, El género en disputa
Martha Lamas, Cuerpo: diferencia sexual y género
* Cristina Rivera Garza es narradora —su última novela es La muerte me da (Tusquets, 2007)— y profesora en la Universidad de California-San Diego. Texto tomado de su bitácora electrónica “No hay tal lugar” (www. cristinariveragarza.blogspot.com). Publicado con su autorización.

porque?

Basta alimentar y abrigar a un ser vivo para que alcance su máximo potencial. Pero, para que un ser humano alcance su máximo potencial hay que además, educar su conciencia.
¿Cómo se logra que una conciencia pase del analfabetismo a proyectarse como el vínculo del ser en el tiempo y el espacio? En mi opinión: con un proyecto político. Para mi no hay ser humano completo, sin proyecto político, es decir, sin un para qué y cómo relacionarse con el mundo y la gente que le rodea y con una hambre íntima que desea y lucha por los cambios que la realidad tan imperfectamente humana, necesita.
El feminismo es un proyecto político para los cuerpos, es decir para conquistar de la opresión y la subordinación a nuestra primera realidad. El feminismo nos politiza, nos historioriza (o como se diga), nos tiende un linaje ancestral, nos abre a una sabidurías no limitada a la teoría, explica lo que sentimos y vivimos y asegura, que las percepciones e intuiciones más cercanas y cotidianas son los ladrillos para construir un mundo mejor, mejor para los cuerpos y las gentes que los habitan.
Quisiera decirles que el feminismo es también una fiesta de alegría, pero no puedo. En mi experiencia toda lucha es dura y cansada. Pero mil veces peor es vivir sin esperanza. Así cada mañana me despierto, visto mi cuerpo, miro en mis ojos, los ojos de otras mujeres que fui y seré, y me pido una sola cosa: no aceptar nunca el destino de quién se rinde. Y salgo a hacer, lo que tengo que hacer, porque lo que hago, es un escalón más, en donde otras se apoyarán para mirar más lejos.
besos, Axela

con dientes!


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Las violaciones son un flegelo que
padecen las mujeres sudáfricanas a diario. Y en ese sentido, un invento
original ofrece una esperanza a 25 millones de féminas que temen ser
víctimas de un ataque sexual. Se trata del "condón femenino con dientes",
oficialmente llamado Rape-aXe, que se está poniendo a prueba durante estos
días en el país anfitrión del Mundial de fútbol, uno de los lugares con
mayores índices de abusos sexuales del planeta, con medio millón de
violaciones al año, según publica El Mundo de
España.
La doctora sudafricana Sonnet Ehlers fue la encargada de llevar adelante
el proyecto cuando hace 20 años atrás quedó horrorizada luego tratar a una
paciente que acababa de ser violada.
"Era un cadáver que respiraba. Sus ojos estaban muertos", afirmó Ehlers, a
quien se le quedó grabada la única frase que la mujer atacada consiguió
pronunciar: "Si tuviera dientes ahí abajo...".
El afán de la doctora por ayudar a las mujeres que fueron víctimas de una
relación sexual por la fuerza, se tradujo muchos años después en Rape-aXe
(que en inglés significa violación-hacha), un pequeño artilugio que
aparenta ser inofensivo, pero mordaz.

El preservativo "atrapa violadores" funciona de la siguiente manera: la
vaina de látex se inserta en la vagina femenina de la misma forma que un
tampón y, en caso de penetración, el pene queda atrapado gracias a dos
ranuras interiores dentadas que causan un agudo dolor e imposibilitan que
el miembro del ofensor pueda salir. El dolor sufrido por el agresor le da
el margen a la víctima para escapar o pedir ayuda.
El violador, que mientras tenga el condón aferrado a su pene no podrá
orinar y caminará con dificultad, sólo podrá desprenderse de la trampa con
una pequeña cirugía, lo que le obligará a acudir a un centro médico para
tratarse. Esto facilita su identificación y posterior detención.
Pese a las suposiciones preliminares, la doctora Ehlers aseguró que el
aparato no causa heridas en la piel, por lo que no se desprenden fluidos
que podrían transmitir enfermedades de transmisión sexual, ni provoca
daños irreversibles. Sin embargo, si el agresor intenta quitarse el
"condón con dientes" lo único que conseguirá es que el aparato se
contraiga, acentuando significativamente el dolor.
El primer prototipo de Rape-aXe se lanzó en 2005 en la provincia
sudafricana de Ciudad del Cabo y ahora se están distribuyendo
gratuitamente 30.000 muestras en las sedes del Mundial, un evento cuya
celebración desató muchos temores sobre su potencial para extender el
virus del SIDA (un 20% de la población sudafricana infectada). El país,
además, encabeza los peores rankings mundiales de violencia sexual (uno de cada cuatro sudafricanos ha cometido un delito sexual en algún momento de
su vida, según el Consejo Médico de Investigación del país).
Tras el período inicial de prueba, Rape-aXe se pondrá a la venta en
Sudáfrica a dos dólares la unidad, asegura la doctora Ehlers, quien tuvo
que vender su casa y su coche para poner en marcha la producción del
novedoso proyecto y quien, antes de darlo a conocer, llegó a pedir la
opinión de ex convictos, quienes le aseguraron que el "condón con dientes"
les quitaría sin duda las ganas.

nubecitas

y aquí estoy bajo nubecitas negras, más megras y amenazantes. Me pregunto si al salir podré impedir que se empapen mis cabellos. También me pregunté todas estas cosas que últimamente he hecho y pensado. Eso que me dijeron ayer es cierto, tu mente funciona de manera diferente, tu cuerpo siente distindo del mío, tus necesidades son otras y yo, sin que me lo preguntes o li pidas, comienzo a explotar, a vociferar, a vomitar todas las palabras que me sé con una velocidad imperiosa y grosera. Olvidé ponerles freno y tan sólo leerte, escucharte con atención aunque muchas veces no seas del todo claro para mi. Ultimamente sólo altibajos porque mi locura e histeria no me dan la claridad que necesito. Chispas! se está convirtiendo en una carta que tenía-tiene, otra intención: ser sólo narración (verso-te-beso) de mis sentires para ti.
Y esque tanta ansiedad responde a esta sensación al menos de extrañeza, nostalgia, añoranza por no sentarme frente a ti, tomarte de las manos y sentir tus cambios de temperatura, verte a los ojos, escucharte durante horas, contemplar tus dudas, alegrías y lágrimas si te lo permites.
Y tan sólo sentir el fluir de tu sentir, si es que al menos eso queda. ¿Lo sientes?
Te beso.

Anneke van Giersbergen Agua de Annique - Wonder traducido español.avi

Osiris

cuántas veces, cuántos pasos para llegar a donde quiero?...el camino que escogí cada vez es más complejo. De repente aparecen cosas y personas buenas que lo aligeran.
Así me dijo Osiris: "no hay que fijar nuestra felicidad en personas que no nos quieren, sólo nos traen dolor, no vale la pena. La vida y el tiempo pasan tan rápido, para qué perderlos en situaciones absurdas?". Aunque lejano, cuando aparece me conforta en momentos difíciles y siempre con la verdad por delante. Gracias Osiris por estar!

no , fuchi!

¿Hay que esforzarse por escribir cada vez mejor?
A mi en particular no me interesa. ¿Esto lo pensaron alguna vez los "grandes autores" sentados frente a su máquina de escribir o su computadora?
Si escribo es sólo porque tengo, como la mayoría de las personas, una necesidad de decir algo y lo hago así, aquí.
Si quisiera escribir cada vez mejor, usar palabras intensas y rimbombantes que nadie o al menos no tod@s sabemos con plena certeza lo que quiere decir y nos obliga a momentos a correr por nuestro diccionario...tomaría clases de redacción o expresión literaria y no.
Sólo escribo con lo que me han dado mis años de educación y otros tantos por mi gusto a la lectura.
Que terror sería sentirme evaluada por otras personas que seguramente tampoco escriben "bien", cuando lo que plasmo es sólo lo que pienso y siento.
A mi, no me interesa escribir bien, no me da la gana!
Que ya no publico esas poesías que escribía con harto gusto y ánimo por hacerle saber mi amor y mi deseo. La cosa se esta tornando algo aburrida, pocas cosas por las que vale la pena inspirarse, cada vez hay menos sentimientos "honestos y sinceros" entre la humanidad, pocas noticias buenas. El derrame de petróleo en el mar, el calentamiento global, la "guerra del narco" y la mierda política del país no ayudan mucho.
y que cual es la intención de escribir este blog? pues ninguna, sólo eso ver como se vierten las letras del teclado en la pantalla esperando ingenuamente que alguien allá, en su teclado, en su pantalla, las lea con atención.
Como decia la Flora, cada vez mi vocabulario se llena de palabras que empiezan con "des".
desespereanza, despreocupación, desprecio, desastroso, descuidado, desmadrado, destruido, descarado....
Sólo quiero que siga presente la palabra deseo, con eso tengo para que la famosa inspiración por él tan ansiada no se vaya de mi. De vez en cuando regresa, pero ya no esta por aquí escrito, sólo cuando encuentro al muso en esos instantes se lo hago saber, se lo entrego, así como le he entregado otras cosas más que no vale la pena señalar aquí porque son mías, son de él, de los dos.
No sé si lo que a veces escribi tiene sentido, métrica, lógica...en realidad son sólo cosas que siento me inundan la panza, las entrañas, la cabeza...
Y podía volver inspiración, alguna vez, algún día mientras tu, Muso, no dejes de sentir-me. Te beso.

Monsiváis y el feminismo

El segundo sexo: no se nace feminista

México, 23 de jun 10 (CIMAC).- A continuación transmitimos la primera de cinco partes del artículo "El segundo sexo": no se nace feminista, que el escritor Carlos Monsiváis publicó en el volumen 20, de Debate Feminista, en octubre de 1999.

Por Carlos Monsiváis

En 1949 se publica El segundo sexo de Simone de Beauvoir. En los años inmediatos a su salida son mínimas las repercusiones en América Latina, y los motivos de esta demora son entendibles.

No se dispone del espacio social y cultural, del ánimo receptivo que transforme las propuestas en decisiones de cambio. El patriarcado es un imperio feudal, en México por ejemplo las mujeres no votan, en varios países no existe el divorcio, el adulterio continúa estremeciendo a las buenas familias y alentando su morbo, incluso se combate el uso femenino de los pantalones.

En el campo de las profesiones la presencia de las mujeres es mínima y en la UNAM el porcentaje de alumnas no es mayor del 8 por ciento (el porcentaje de maestras es aún más bajo). A las sufragistas y feministas heroicas de los años veinte y treinta, las suceden en los cincuenta casos aislados de luchadoras sociales, de izquierdistas con frecuencia dogmáticas, de profesionistas a las que se respeta añadiendo en la admiración el condicionante : "A pesar de ser mujer. . ."

A fines de los cincuenta -acudo a mi testimonio por típico de un momento, no por excepcional- leo El segundo sexo con entusiasmo. Asimilo entonces el libro de un modo que hoy me avergüenza y entonces hallo natural: es un gran ensayo sobre La Mujer, que examina la naturaleza de sus desventajas. No voy más allá . A la distancia, me doy cuenta de mi "astucia": elegí concentrarme en la forma y el método expositivo: "Muy mal que las discriminen, ¿pero qué puedo hacer?" Al recapitular, advierto mi incongruencia: ¿cómo me pudo apasionar un tratado que es un alegato, sin desprender de su lectura consecuencias políticas?

Reviso mi ejemplar de El segundo sexo y encuentro la profusión de subrayados y notas en los márgenes. Pero la perspectiva sobre lo femenino que me regía apenas se modificó. Muy probablemente, el cerco del pensamiento patriarcal era tan intenso que separaba orgánicamente la reflexión de la aplicación práctica, y se veía como "literatura" un examen radical de la opresión histórica y la construcción social de las mujeres.

No creo haber sido en esos años un sexista irrefrenable. Desde adolescente me fastidiaban los signos del atraso programado, muy en especial la partícula que ataba esclavistamente a la mujer con su marido"Fulana de Gómez, Perengana de Torres". (Lo sentía un herraje más que un sello matrimonial) También, había visto de cerca y admirado a las sobrevivientes del sufragismo mexicano de los veinte, con sus relatos de policías que persiguen a las activistas, las meten a una patrulla, van por otras, las detenidas escapan y todo vuelve a comenzar, mientras la propia izquierda las somete a discriminaciones. También atestigüé por compromisos militantes, la primera votación de mujeres en México, en 1955, que me emocionó o a lo mejor no, y de seguro me resultó un espectáculo fascinante, ese miedo reverencial al llegar a la casilla, ese empuñar de la papeleta como la llave de ingreso al mundo desconocido. Eso sí, pero nunca, seriamente, había revisado mis ideas sobre los derechos femeninos. Los aprobé sin responsabilizarme de mi punto de vista, reaccioné con enfado ante el maltrato machista a las mujeres, la arrogancia de los violadores, el desprecio a las activistas y sus luchas siempre tan aisladas y aislables. Pero mi rechazo sentimental de la injusticia no me comprometía a visión alguna de género.

Le debo a Rosario Castellanos la relectura de El segundo sexo. Con su modo magisterial fundado en la ironía obstinada y cíclica, Castellanos me hizo consciente de las resonancias del libro. A ella El segundo sexo le había transformado, al modificar, organizándolo panorámicamente, su entendimiento de la condición femenina. Y como a ella a un grupo de universitarias de esas generaciones, por fin dueñas de un instrumento de precisión ideológica, histórica, sociológica, incluso científica.Y si se piensa que le atribuyo demasiado valor a un solo libro, recuérdense en las condiciones de la época, y el discurso político que aún se dirigía a La Mujer con lujo de paternalismo: "Estas manos que mecen la cuna" . Por eso fue tan aleccionador el influjo del Segundo sexo sobre Castellanos. Ya podía burlarse de sí misma, porque delimitaba su sarcasmo y lo convertía en parte de la crítica irónica al machismo.

adiós

No hago alarde de tu amor que es tóxico, es veneno que se expande por mi cuerpo como la tinta sobre la hoja....

Sentirlo no puedo, vivirlo no quiero

Golpear mi frontera, tirarla , aplastarla....morder tan fuerte hasta sentir alivio

cerrar mis puños, cerrar mis ojos, abrir la boca....gritar tan alto

arrancarme tus ojos-desastre!!

muy rojossss...

Glóbulos rojos

Pero desnuda
y reducida sólo a proporciones
me das pena
Por eso intento cambiarte de sitio la rodilla.
Tu espinazo cóncavo me da qué pensar.
No comprendo por qué eres tan fea
ni por qué soy incapaz de apartar de ti la vista
y mirar, por ejemplo, el campo verde o el río,
que son tan naturales
y no tienenclavículas.

Te quiero
lo que puedo.
Voy a componer un ballet
pata tus glóbulos, los rojos
y los blancos.
Cuando caiga el telón
te tomaré el pulso y veré
si el esfuerzo ha merecido la pena

Gunter Grass
(1927)
(Alemania)

soy feminista!!

"Nunca he declarado la guerra a los hombres; no declaro la guerra a nadie,
cambio la vida: soy feminista. No soy ni amargada ni insatisfecha: me gusta
el humor, la risa, pero sé también compartir los duelos de las miles de
mujeres víctimas de violencia: soy feminista. Me gusta con locura la
libertad más no el libertinaje: soy feminista. No soy pro-abortista, soy
pro-opción porque conozco a las mujeres y creo en su enorme responsabilidad:
soy feminista. No soy lesbiana, y si lo fuera ¿cuál sería el problema? Soy
feminista. Sí, soy feminista porque no quiero morir indignada. Soy feminista
y defenderé hasta donde puedo hacerlo a las mujeres, a su derecho a una vida
libre de violencias. Soy feminista porque creo que hoy día el feminismo
representa uno de los últimos humanismos en esta tierra desolada y porque he
apostado a un mundo mixto hecho de hombres y mujeres que no tienen la misma
manera de habitar el mundo, de interpretarlo y de actuar sobre él. Soy
feminista porque me gusta provocar debates desde donde puedo hacerlo. Soy
feminista para mover ideas y poner a circular conceptos; para reconstruir
viejos discursos y narrativas, para desmontar mitos y estereotipos,
derrumbar roles prescritos e imaginarios prestados. Soy feminista para
defender también a los sujetos inesperados y su reconocimiento como sujetos
de derecho, para gays, lesbianas y transgeneristas, para ancianos y
ancianas, para niños y niñas, para indígenas y afrodescendientes y para
todas las mujeres que no quieren parir un solo hijo más para la guerra.

Soy feminista y escribo para las mujeres que no tienen voces, para todas las mujeres, desde sus incontestables semejanzas y sus evidentes diferencias. Soy feminista porque el feminismo es un movimiento que me permite pensar también en nuestras hermanas afganas, ruandesas, croatas, iraníes, que me permite pensar en las niñas africanas cuyo clítoris ha sido extirpado, en todas las mujeres que son obligadas a cubrirse de velos, en todas las mujeres del mundo maltratadas, víctimas de abusos, violadas y en todas las que han pagado con su vida esta peste mundial llamada misoginia. Sí, soy feminista para que podamos oír otras voces, para aprender a escribir el guión humano desde la complejidad, la diversidad y la pluralidad. Soy feminista para mover la razón e impedir que se fosilice en un discurso estéril al amor.

Soy feminista para reconciliar razón y emoción y participar humildemente en la construcción de sujetos sentipensantes como los llama Eduardo Galeano. Soy feminista y defiendo una epistemología que acepte la complejidad, las ambigüedades, las incertidumbres y la sospecha. Sé hoy que no existe verdad única, Historia con H mayúscula, ni Sujeto universal. Existen verdades, relatos y contingencias; existen, al lado de la historia oficial tradicionalmente escrita por los hombres, historias no oficiales, historias de las vidas privadas, historias de vida que nos enseñan tanto sobre la otra cara del mundo, tal vez su cara más humana. En fin soy feminista tratando de atravesar críticamente una moral patriarcal de las exclusiones, de los exilios, de las orfandades y de las guerras, una moral que nos gobierna desde hace siglos. Trato de ser feminista en el contexto de una modernidad que cumple por fin sus promesas para todos y todas. Como dice Gilles Deleuze ’siempre se escribe para dar vida, para liberarla cuando se encuentra prisionera, para trazar líneas de huida’. Sí, trato de trazar para las mujeres de este país líneas de huida que pasen por la utopía. Porque creo que un día existirá en el mundo entero un lugar para las mujeres, para sus palabras, sus voces, sus reivindicaciones, sus desequilibrios, sus desórdenes, sus afirmaciones en cuanto seres equivalentes políticamente a los hombres y diferentes existencialmente. Un día, no muy lejano, espero, dejaremos de atraer e inquietar a los hombres; dejaremos de escindirnos en madres o putas, en Marías o Evas, imágenes que alimentaron durante siglos los imaginarios patriarcales; habremos aprendido a realizar alianzas entre lo que representa María y lo que significa Eva. Habremos aprendido a ser mujeres, simplemente mujeres. Ni santas, ni brujas; ni putas, ni vírgenes; ni sumisas, ni histéricas, sino mujeres, resignificando ese concepto, llenándolo de múltiples contenidos capaces de reflejar novedosas prácticas de sí que nuestra revolución nos entregó; mujeres que no necesiten más ni amos, ni maridos, sino nuevos compañeros dispuestos a intentar reconciliarse con ellas desde el reconocimiento imprescindible de la soledad y la necesidad imperiosa del amor. Por esto repito tantas veces que ser mujer hoy es romper con los viejos modelos esperados para nosotras, es no reconocerse en lo ya pensado para nosotras, es extraviarse como lo expresaba tan bellamente esta feminista italiana Alessandra Bocchetti. Sí, no reconocerse en lo ya pensado para nosotras. Por esto soy una extraviada, soy feminista. Y lo soy con el derecho también a equivocarme".

Florence Thomas
Cofundadora del grupo Mujer y Sociedad
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Marzo, 2008

y?

hace mucho que no puedo escribir....ya no
Aunque pudiera luchar contra un ataque de depresión, ¿en nombre de qué vitalidad me ensañaría con una obsesión que me pertenece, que me precede?. Encontrándome bien, escojo el camino que me place; una vez "tocado", ya no soy yo quien decide: es mi mal. Para los obsesos no existe opción alguna: su obsesión ha elegido ya por ellos. Uno se escoge cuando dispone de virtualidades indiferentes; pero la nitidez de un mal es superior a la diversidad de caminos a elegir. Preguntarse si se es libre o no: bagatela a los ojos de un espíritu a quien arrastran las calorías de sus delirios. Para él, enzalzar la llibertad es dar pruebas de una salud indecente.
¿La libertad?. Sofisma de la gente sana.

E. Cioran

Banksy art!!
un nuevo comienzo, un nuevo camino, caminossss....

así sola, pero con las personas necesarias para apoyarme...


nuevas oportunidades y riesgos, yo si voy!

snif!

Otra vez desaparecieron, asì como hace algunos años. Cada vez que las escuchaba permanecìan por hora retumbando en mis oidos un largo y precioso momento...
...pasaron dìas y apenas harà un mes que ya no resuenan, ahora flotan en el aire, ya no salen de tu boca, de tu corazòn, ya no me pertenecen, me las quitaste...me olvidaste...
...pasaràn màs dìas, meses tal vez y asì seguirè, sin oirlas, sin sentirlas, sin quererlas porque ya no me pertenecen, nunca fueron mías...ni tú tampoco.